Chaouen es conocida por las bellas imágenes de postal de su medina encalada en todos los tonos imaginables de azul, pero quizás lo que no tantos sepan es que Chefchaouen es más que una ciudad con encanto, esta curiosa ciudad azul protegida por las cumbres del Rif, de hecho es una de las ciudades santas del Islam en Kasbah and Kebir mosque, from aboveel norte de Marruecos. Su origen se remonta al año 1471 cuando Tánger y Assilah cayeron en manos portuguesas, entonces el jerife Mulay Ali Ben Rashid declaró la guerra a las potencias ibéricas cristianas. Para ello decidió construir una plaza fuerte en las estribaciones de la agreste cordillera del Rif, la Alcazaba de Chefchaouen, siendo este topónimo de origen bereber  que significa “los cuernos” una alusión a las montañas que la coronan y a cuyos pies se construyó la Medina que se extiende al suroeste.

La ciudad se construyó abrigada y oculta por los altos picos, en un valle fértil y con manantiales que manaban de la montaña y que aseguraban el abastecimiento de agua en caso de asedio sobre una superficie de 40000 m2. Rodeada por murallas en las que había varias puertas («Bab El Mkadm», «Bab El Ain», «Bab El Hamar», «Bab El Mahroc», «Bab El Onsar» y «Bab El Soc»)  pronto se convirtió en un destino privilegiado con un reseñable influjo andalusí acogiendo gentes de distintos orígenes,  6.000 marroquíes, 3.000 andaluces y 1.000 judíos sefardíes.

La ciudad amurallada fue construida para resistir a los ataques y el influjo extranjero, y su proverbial aislamiento favoreció el fanatismo religioso -principalmente anticristiano, (nada extraño teniendo en cuenta el origen de la mayoría de su población), la cual continuó creciendo rápidamente con gentes venidas de Al-Andalus, moriscos, judíos, musulmanes y gentes de los alrededores.

Chefchaouen se dotó de mezquitas en todos sus barrios, un total de unas veinte,  la más importante de todas, la Gran Mezquita andalusí Yamma el Kebir (S. XV) con su original minarete octogonal que preside una de las esquinas de la emblemática plaza Uta El-Hamman, el punto de reunión de chauníes y forasteros, Marroc_2014_849quienes bajo la sombra de una centenaria araucaria, charlan y pasan las horas. Otro punto emblemático de la ciudad es la Mezquita de los Andaluces, y extramuros y fuera de la medina, la Mezquita del Buzafar (conocida como la mezquita española) que se ve en lo alto de una colina y desde donde hay unas bellas vistas de Chaouen sobre todo a la puesta de sol.

Pero ChefChaouen no es sólo una ciudad de paso, ostenta el título de ”Ciudad Santa del Islam” que le viene por varios hechos, por un lado, por haber sido fundada por los descendientes de Mulay Abdesalam, los chorfas “alamiyin” descendientes del profeta, y por otro lado por su situación geográfica estratégica como una estación importante en el itinerario espiritual y religioso del país, que se inicia en la capital espiritual de Fez, pasando por Mulay Idriss Zahrun, continuando por Ouezzane, y por último terminando en Chefchaouen para peregrinar al mausoleo del santo Mulay Abdessalam Ben Mashis (muerto en el 625 de la hégira o el 1227 dc).

ChefChaouen es además la cuna de la zawiya de Mulay Abdessalam o la de Muley Ali Shaqqur.

Estas zawiyas o cofradías, unas quince en total (Una zaouia o zawiya es una escuela o monasterio religioso islámico y su equivalente sería el término oriental madrassa) son filiales de las grandes zawiyas sufíes del Magreb y de oriente, tales como las zawiyas Darqawiya, Al Issawiya, al Nasiriya, al Tiyanya, y al Qadiriya. Por ello Chefchaouen es una ciudad que cuenta con numerosos edificios de carácter religioso (zawiyas, mezquitas y mausoleos).

Por último comentaros sobre los moussems, posiblemente ya hayáis escuchado antes este término. Los moussems no son más que unos coloristas festivales en los que se rinde homenaje a un hombre santo, podrían ser equiparados con una procesión, pero también se hacen para festejar la cosecha u otros hechos más cotidianos  con una romería en la que incluso se llega a acampar en tiendas de campaña durante las celebraciones. Estos se llevan a cabo a lo largo del país. En el mes de Mayo se celebra en Chaouen el Moussem o festival anual en honor del santo patrón de los jerifes Alami, Moulay Abdessalam Ben Mchiche (en jebel “Allam”). Canciones, espectáculos, zocos, fantasía, dan vida y ambiente festivo a la zona. Si os interesa visitar Chaouen en esas fiestas habréis de aseguraros bien de la fecha, que varía de un año para otro pues se basa en el calendario lunar, de hecho, tan sólo pocos días antes se establece la fecha definitiva.