Ya os hablé de otros distritos costeros de la zona europea en entradas anteriores, un poco menos frecuentados por los visitantes de la ciudad como Örtakoy, Bebek, y Arnavutköy. En esta entrada os hablo del distrito de Baltalimani, en la costa de Sariyer, otro de esos lugares auténticos de la ciudad, situado en la costa europea, entre la fortaleza de Rumeli Hisari y el distrito de Emirgan, donde están ubicado los famosos jardines de Emirgan que cada primavera  nos deslumbran con sus rosas y tulipanes, y ya cerca de la entrada del Mar Negro.

Antiguamente este área era conocida como “Fadalya”. El nombre actual significa «puerto del arco» en turco. Toma su nombre de Baltaoglu Sulayman Beg, el almirante que dirigía la flota otomana cuando fue conquistada Constantinopla (1453). En el Siglo XV un escritor turco dice que los griegos la llamaban Sarantacopa debido a un puente de madera sobre la marisma vecina. Os invito a acompañarme si deseáis conocer más de las bellezas naturales de este lado de la ciudad.

 

Datos históricos recientes del vecindario

El vecindario es famoso por dar su nombre a tres tratados internacionales, el más importante de los cuales es el de Tratado de Balta Liman, firmado entre Gran Bretaña y el Imperio Otomano en 1838, que daba varias ventajas comerciales a los ingleses y la cláusula de nación más favorecida, y decretaba la abolición de los monopolios comerciales en todos los territorios otomanos.

Baltalimani y Emirgan han sido ambas áreas residenciales históricas, frecuentemente frecuentadas por familias extranjeras, reales y prominentes de la última era otomana. En el siglo XVIII se convirtió en una playa de moda entre la burguesía de la capital otomana y aún lo era en el siglo XIX. Pasear por sus calles adoquinadas nos ofrece un paseo histórico y recuperar la sensación  de que una vida relajada es posible frente a la agitada Estambul de hoy.

La primera obviedad, dada su situación, es preguntarnos ¿cómo llegar a Baltalimani?.

Lógicamente se puede hacer por carretera, en cualquiera de los autobuses de línea recorriendo la línea de la costa, pasando por Besiktas, Taksim o Kabatas donde coger el tranvía a Emirgan, Sultanahmet, Cemberlitas. Esta es una buena opción, o, si se va sin prisas, una opción también es coger el Crucero por el Bósforo de día completo, parándoos al regreso  en Sariyer, un distrito costero cuya costa esta presidida por su puerto pesquero lleno de barcos que trabajan en las aguas aledañas de estrecho y del mar de Mármara. El regreso lo tendríais que hacer por vuestros medios en taxi o autobús. En el embarcadero de Emirgan, también  se pueden coger los transbordadores públicos.

 

Algunos puntos de interés

Palacio de Damatkiran, construido por el gran visir Mustafa Resit Pasha en el siglo diecinueve, se trata de una mansión de dos plantas cuyos arquitectos fueron Karabat Amire y Sarkis Balyan, de la famosa familia de arquitectos Balyan, de los cuales os hablé en una entrada anterior en referencia a la mezquita de Örtakoy. La casa, de estilo neo-clásico y maravillosas vistas del Bósforo, al margen de su belleza tiene una triste historia detrás, pues fue construida para el hijo de Resit Pasha, Galip Pasha, que se desposo con la hija del sultán Abdülmecit, Fatma Sultan. Fatma dio a luz a una niña que murió a los pocos días. Galip Pasha, murió ahogado poco tiempo después en las aguas del Bósforo cuando regresaba a su casa una noche en bote. Y sólo seis meses después de eso, Fatma se volvió a casar con Mehmed Nuri Pasha,  el cual fue arrestado como sospechoso de la muerte del sultan Abdulaziz. Después fue deportado a Arabia y encerrado en el castillo de Taif, muriendo prisionero. El palacio entonces fue asignado a Mediha sultana, hermana de Fatma, que se casó dos veces, perdiendo a sus dos maridos por enfermedad. Desde entonces el palacio se pasó a conocer como el Palacio de Damatkiran, que significa “ el palacio que mata a los novios”, y se consideró un lugar maldito.

El edificio hoy en día acoge un hospital osteopático, en su cafetería, mirando al mar podréis impregnaros de la belleza visual y sensorial del Bósforo.

El jardín japonés. (Japon Bahçesi)

Al otro lado de la calle, cerca del palacio Damatkiran  podréis explorar la belleza del jardín japonés. Construido en colaboración con las municipalidades de Estambul y de Shimoniseki, para mostrar las buenas relaciones entre ambas.

El jardín es una bella muestra de la cultura japonesa. Dentro del jardín hay además una pequeña casa de té. En la cultura japonesa el  té simboliza la huida de las influencias externas y el regreso al mundo interior de cada uno. La tranquila vista de la casa de té se ve acompañada por una cascada.

Photo: Sakip Sabanci Museum

A un kilómetro desde aquí caminando por la costa está el Sakip Sabanci Museum,  un Museo de Bellas Artes dedicado al arte caligráfico, documentos religiosos y pinturas de la época otomana. Es un museo muy interesante con unas exposiciones bien desarrolladas. El museo fue fundado por Sakip Sabanci en el 2002. Además de las exposiciones permanentes, el museo también alberga exposiciones temporales de nacionales y extranjeros, y organiza eventos culturales. La entrada cuesta 20 liras turcas, y es gratuita los miércoles. Tras la visita al museo pueden disfrutar de bellas vistas del Bósforo desde sus jardines  y un almuerzo o cena en el reconocido restaurante Muzedechanga, que sirve cocina turca y mediterránea contemporánea en una caja de cristal anexa al Museo. Fácilmente accesible en autobús desde Kabatas (22 o 25). Está justo al lado de la parada de autobús.

La costa de Baltalimani se ve llena de pescadores tanto los que hacen de este su oficio, como de los que lo practican como hobby. No pasa desapercibido el agradable ambiente de vecindad que se ve en los vecinos. Por ello, lo recomiendo a todos aquellos que disfruten paseando, y, sobre todo, a aquellos que no vayan con las horas contadas y deseen conocer otras partes de la ciudad aparte de las zonas más turísticas. Remontar la costa hacia Besiktas es muy agradable y energizante para el cuerpo y el espíritu.