Puente y barco en el BósforoTodos aquellos que visitan Estambul por primera vez e intentan hacerse una “composición de lugar” suelen encontrase un poco desorientados incluso con el mapa en la mano, y es comprensible ya que al igual que la antigua Roma, la nueva Roma de oriente se asentó sobre 7 colinas, pero además sobre dos continentes, un estuario, un estrecho y dos mares… Con una confluencia geográfica tan particular a la par que privilegiada es fácil sentirse un poco intimidado.

Desde el balcón de la celebérrima Torre Gálata podremos girar 360º y comprobaremos que se mire hacia donde se mire, hasta donde nos alcanza la vista, la inmensa ciudad no tiene fin. Una serie de edificios históricos y mezquitas nos ayudarán a hacernos un plano aéreo de la ciudad, que en realidad a pie de calle luego no nos será de gran utilidad, pero así comenzaremos a ubicarnos.

Puent sobre el BósforoCon una población de unos 18 millones de habitantes, 5.700 km2 y 100 Km de extensión de punta a punta lanzarse a su descubrimiento ya es de por sí una aventura. La mayoría de los visitantes se mueven exclusivamente por el casco histórico en torno a la plaza de Sultanahmet, cruzan el puente Gálata y terminan en la plaza de Taksim. Un recorrido básico por la ciudad de pocos días no da mucho más de sí, los “puntos de interés” que las guías marcan están concentrados allí. Pero si uno dispone de más días yo le aconsejo encarecidamente que abandonen el casco antiguo y se dispongan a moverse por otras zonas de la ciudad, en busca de un Estambul más auténtico, y, sobre todo más diverso, ya que si de algo puede presumir esta ciudad inmortal es de su diversidad, de pueblos, de credos y de arte.

Barcos de pesca en el BósforoUn crucero por el Bósforo, tanto si es el de medio día de duración como si es el más corto nos sorprenderá. Uno no se hace una idea del tráfico marítimo del Bósforo hasta que no se aleja del muelle de Eminönü. El Bósforo es el estrecho marítimo más transitado del mundo. El canal tiene 32 Km de longitud. La profundidad media es de 60 m, pero en Arnavutköy llega a alcanzar los 140m. Sin embargo, la peculiaridad de sus corrientes permite a sus aguas mantenerse limpias por lo que también sigue siendo un paraíso para la pesca. Y de esto doy fe porque en mi paseo por el Bósforo pudimos ver delfines junto a las orillas, indicador de que el agua está bastante limpia. En la estación adecuada los grandes bancos de peces fluyen desde el mar negro hacia el mar de Mármara, por ello es fácil de entender que el pescado esté tan presente en la gastronomía de Estambul.

Las orillas europea y asiática están conectadas por dos inmensos puentes colgantes, y se inauguró recientemente un tercero. Frente a frente presentan sus diferencias. Nada más comenzar el recorrido veremos que la orilla europea presenta un buen número de edificios sobresalientes que llamarán nuestra atención, entre ellos el Palacio de Dolmabatche, con su fachada marítima de más de 400 metros, el museo de las artes modernas de Estambul o el museo naval, la mezquita de Bezmialem, el Palacio de Çiragan, la Universidad de Galatasaray, (que de hecho formaba parte de las dependencias del palacio), o el barrio de Örtakoy con su mezquita de peculiar diseño y perfecto emplazamiento a la misma orilla del Bósforo y a la sombra del puente. Dejaremos atrás la torre de Leandro y tras pasar bajo el puente del Bósforo veremos el Palacio de Beyberley, actualmente un museo, antaño residencia de jefes de estado y mandatarios extranjeros.

Bañandose en el BósforoEn la orilla asiática se encuentran los barrios de Üskudar y Kadiköy, los primeros asentamientos de la ciudad que se remontan a más de 3000 años de antigüedad. Encontraremos bellísimas casas de madera tradicionales o yalis, antiguas residencias de verano de los pachas. Es una zona donde predominan los bosques y la vegetación, muy verde. La orilla Europea tiene el horizonte plagado el rascacielos y está más densamente poblada que la asiática. En la orilla asiática de Kuzguncuk predominan los edificios más bajos y las casas tradicionales con embarcaderos privados. Iremos acercándonos de una orilla a otra y parando a recoger más pasajeros en algún embarcadero. El crucero corto se dará la vuelta tras pasar el segundo puente del Bósforo de regreso a la zona interior de la ciudad. En este punto es donde el estrecho es más ancho y donde apreciamos de verdad que el lado asiático está menos edificado que el europeo, al menos en lo que se puede apreciar desde el barco. Si se tiene tiempo suficiente merece la pena hacer el recorrido completo hasta Anadolu Kavagi donde el estrecho del Bósforo se vuelve a estrechar (valga la redundancia) y donde comienza el Mar Negro. Las orillas que iremos recorriendo son todas aldeas de pescadores, como la del barrio de Arnavutkoy o Sariyer, donde veremos atracada la mayor flota pesquera de Estambul en la orilla europea, o Kanlica, en la orilla asiática, donde podremos degustar el delicioso yogur famoso de esta población.

Por último en Anadolu Kavagi tendremos la sensación de estar en algún pueblecito del mediterráneo donde todo es tranquilidad y donde suenan las cigarras. A la orilla del mar las casas tienen su parte baja para amarrar las barcas y los niños se bañan entre las rocas en el mar. En las plantas superiores de las viviendas de pescadores es donde se ve a la gente en las tareas más cotidianas. En lo alto de la colina está la Fortaleza de Yoros, y a un lado veremos el mar Negro y al otro el mar de Mármara, de nuevo esa dualidad que presenta la geografía de Estambul donde podemos estar en dos lugares a la vez o en ninguno al mismo tiempo… Almorzar sin prisas en un restaurante con terraza es una actividad tan relajante que no puedo menos que recomendarlo.