De camino a las islas PrincipeHe comentado con anterioridad lo inmensa que es la ciudad de Estambul, (1538 kms cuadrados de extensión), por ello no nos debe sorprender que su perímetro incluya hasta un archipiélago de pequeñas islas conocidas como Adalar (las islas), coloquialmente las Islas Príncipe. Estas islas se encuentran a unos veinte kilómetros al sur de la ciudad, en el mar de Mármara y pertenecen al distrito de Adalar. Si subimos a la terraza de cualquier hotel de la zona de Sultanhmet o de Kumkapi las podemos ver con claridad. Estos islotes surgieron tras un terremoto que engulló a una gran cordillera, cuyas cimas dieron vida a nueve islas, de las cuales no todas están hoy habitadas. Las más populares son las más grandes, Büyükada, Burgazada y Heybeliada y existen líneas regulares de ferry que nos llevan a cualquiera de las habitadas. Cuando llega la primavera todo el mundo Estambul_2014_0706quiere huir a ellas y los barcos van atestados de gente de todas las edades que se van de picnic o a la playa, pero sin duda que esta excursión merecerá la pena pues en estas islas llenas de exuberante vegetación y casas antiguas donde todo va a otro ritmo hallaremos el contrapunto al bullicio de Estambul.

Podemos coger el ferry desde Kabatas en la parte europea, pero os aconsejo estar allí con bastante margen de tiempo porque de otro modo no sólo no os podréis sentar, que en realidad es lo de menos si no os importa ir como sardinas en lata, sino que en un buen día soleado os podéis quedar en tierra, ya que si el ferry va lleno no se permite que suban más viajeros. Otra opción muy recomendable si queréis viajar más cómodos y poder disfrutar más del viaje es que os apuntéis a un crucero.

Estambul_2014_0693Kabatas es la primera de las paradas, por ello os aconsejo cogerlo desde aquí con la compañía  Şehir Hatları. Al regreso podéis tener el mismo problema por lo que no conviene esperar a coger el último ferry.   El recorrido es estupendo, vamos dejando la gran urbe a nuestras espaldas y adentrándonos en el mar siendo acompañados por decenas de gaviotas que siguen la estela espumosa del barco y que cazan la comida que algunos pasajeros lanzan al vuelo. En realidad lo que dejamos atrás es el centro de la ciudad pues siempre veremos, incluso cuando lleguemos al destino más alejado, que la ciudad, infinita, se extiende hasta allí.

Kinaliada

La primera de las islas que veremos es Kınalıada (que significa «isla de la alheña» en turco, llamada así por el color de su tierra) es la isla más cercana a la parte europea y asiática de Estambul, a unos 12 kilómetros al sur. Esta es una isla poco visitada en la que la mayor parte de sus habitantes son de origen armenio. Si vais buscando playa esta es vuestra isla porque es la que tiene más playas y están menos concurridas.

Burgazada

Estambul_2014_0686La siguiente isla, en la que para el ferry más o menos del mismo tamaño es Burgazada. Esta es también de las islas menos visitadas, pero dicen que este es su principal atractivo, la ausencia de gente quizás permita interactuar más con sus habitantes. Burgazada fue elegida como lugar de retiro de frailes y monjes. Esta es de las islas preferidas después de Büyükada. El edificio más espectacular de la isla es de la época bizantina: la iglesia de Ayios Ioannis. En todas las islas por las que pasareis veréis hileras de casas de madera, de estilo otomano, perfectamente adaptadas el entorno. El carácter mediterráneo está presente en todas ellas, la luz, las verjas de hierro con flores… Claro que vivir en una de las islas es algo que está al alcance de pocos, de hecho los primeros en decidir trasladarse a ellas en el estío fueron los propios sultanes. Posteriormente fueron el hogar de monjes y ascetas y hoy son principalmente familias con solera y nuevos ricos los que monopolizan estas magníficas propiedades rodeadas de verdor y brisa del mar.Estambul_2014_0681

Heybeliada

La siguiente isla es Heybeliada, la segunda isla en extensión. Está rodeada de bosques. En lo alto de la colina más alta hay un monasterio ortodoxo griego del siglo XI, el Aya Triada (Hagia Triada, Santísima Trinidad) que albergaba el seminario Halki, el principal seminario ortodoxo griego de Turquía y el Seminario Teológico del Patriarcado Ecuménico. El monasterio atrae a turistas de todas partes de Grecia y Turquía. Heybeliada también posee la Academia Naval de Turquía (a la izquierda del muelle del ferry).

Büyükada

Estambul_2014_0667Büyükada es la última parada,  es una de las preferidas y la más grande, donde hay más cosas por ver, por ello decidimos que pasaríamos el día allí. El barco atraca en una terminal de estilo tardío otomano en cuya parte superior hay una deliciosa cafetería donde los locales leen el periódico en su terraza sin el menor atisbo de prisa. Es el lugar perfecto para ver la puesta de sol. En ninguna de las islas está permitida la circulación de vehículos de motor, salvo ambulancias,  eso ya nos está diciendo bastante de la filosofía que impera aquí. Las únicas formas de transporte son a pie, bicicleta, en coche de caballos y en barco. Estambul_2014_0650 Büyükada está coronada por el antiguo orfanato griego, un enorme edificio de madera ahora en decadencia. Junto a este, el monasterio de Hristo es uno de los lugares más fotografiados de la isla. En el valle entre las dos colinas se asienta la iglesia y monasterio de Agios Nikolaos y los restos de un antiguo parque de atracciones llamado Luna Park. Hay varios edificios históricos en Büyükada, como la Iglesia y Monasterio de Ayia Yorgi (St. Jorge, en griego: Άγιος Γεώργιος) que datan del siglo VI y con unas vistas fantásticas, la Iglesia de Agios Dimitrios, y la mezquita de Hamidiye construida por Abdul Hamid II.

Dicen que un convento en Büyükada fue el lugar de exilio para las emperatrices bizantinas Irene, Euphrosyne, Theophano, Zoe y Anna Dalassena. Otro de sus ilstres huéspedes fue Leon Trosky quien tras su expulsión de la Unión Soviética en 1929, parece ser que vivió cuatro años en Büyükada, su primer destino en el exilio. Uno puede decidir caminar plácidamente mientras admira su arquitectura, llena de edificios históricos del tardío período otomano, llenos de nobleza un poco deslustrada pero de gran encanto, o puede decidir alquilar una bicicleta o una calesa para descubrir sus alrededores. Yo las visite en Marzo, cuando el tiempo era muy cambiante y lo mismo hacía sol que llovía, por lo que no procedía, pero en verano quizás simplemente lo suyo sea vaguear y nadar en sus pequeñas calas de aguas cristalinas, almorzar el fresquísimo pescado que pescan aquí e impregnarse un poco del modus vivendi del paisanaje.

Isla de Burgazada

Las islas Príncipe son un destino en sí mismo.Todas las islas son encantadoras, y es cuando uno se ve paseando plácidamente por sus pintorescas y tranquilas calles cuando se da cuenta de que un día es muy poco tiempo, aunque cojas el primer ferry a la ida y el último para el regreso. El día pasa enseguida. Pero hay que consolarse, de regreso, desde la cubierta, podremos disfrutar de un Estambul que nos recibe vistiéndose de luces.