Un domingo de Pascua de 1967, en las exuberantes tierras altas de Cameron Highlands, Malasia, paraíso de campos de té, un millonario estadounidense de 61 años de edad salió a dar un paseo por la selva del que nunca regresó. Un dispositivo de búsqueda fue puesto en marcha con la participación de la policía malaya, la CIA, los pueblos indígenas de la selva circundante, perros adiestrados, videntes y un sinfín de locales y mercenarios internacionales caza recompensas, pero nunca se le encontró. La mayoría de la gente asume que sufrió un accidente, que fue devorado por algún animal salvaje, o, que simplemente, se desorientó y perdió en el bosque. Durante un tiempo, el misterio tuvo una gran cobertura en los medios internacionales y locales, pero su historia poco a poco se fue desvaneciendo en el tiempo y todos, a excepción de los más cercanos a él, la olvidaron. Hasta aquí la historia tiene su misterio pero podría haber sido una historia más.

Sin embargo, si os digo que este americano trabajó como espía americano durante la segunda guerra mundial la historia se vuelve más interesante, verdad? Los medios internacionales como la revista Time sugirieron que era la probable » víctima secuestrada de una intriga internacional.»

Cuando el ex agente de inteligencia desapareció, la década más fría de la Guerra Fría estaba llegando a su fin. América estaba luchando para frenar el comunismo en el sudeste de Asia y los bosques de las montañas de Cameron tenían la reputación de ser un lugar frecuentado por las guerrillas comunistas. En 1967 Malasia se encontraba todavía en proceso de transformación tras el fin reciente del protectorado británico, y la jungla en la que el desapareció era considerada ‘zona negra’ donde rebeldes comunistas conspiraban por el poder.

De ahí que algunas teorías también incluyan las posibles relaciones de Jim Thompson con la CIA y el interés de los comunistas por deshacerse de él.
Pero, quien era? Su nombre era Jim Thompson, “El Rey de la Seda Tailandesa”, nombre que quizás muchos escuchéis por vez primera, pero para los tailandeses él fue uno de los estadounidenses más conocidos de Asia, una especie de héroe cuya visión y empeño le permitieron recuperar exitosamente y casi en solitario la industria de la seda, casi desaparecida en Tailandia, beneficiando a decenas de familias.
Nacido en Delaware en 1906 y arquitecto de formación, Thompson estudió en la prestigiosa universidad de Princetown. Llegó a Bangkok en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial como jefe de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), antecesora de la CIA. Es decir, como jefe de la inteligencia norteamericana. Acabada la Segunda Guerra Mundial, e incapaz de proseguir con su vida anterior a la guerra, Thompson cortó lazos -incluso matrimoniales- y se estableció en la capital de Tailandia, iniciándose en una serie de negocios, como la renovación de algunos hoteles, entre otros el Hotel Oriental, en previsión de un auge del turismo.

En 1948 funda la Compañía de la Seda Tailandesa a partir de unos cuantos artesanos, en su mayoría mujeres de la barriada de Bankrua. Con ese pequeño grupo original, Thompson consiguió plantear una producción estandarizada, atractiva y viable. Aprovechando sus contactos, venderá a las grandes firmas de moda europea y norteamericanas. El imperio Jim Thompson había puesto sus cimientos. Desde sus humildes inicios en 1940 en Bangkok, hasta la década de 2000, Jim Thompson facturó anualmente cerca de 80 millones de dólares. Hoy, la empresa es la mayor productora de tejidos hechos a mano en el mundo, opera en 30 países y tiene más de 3.000 empleados.

En 1962 Thompson fue recompensado con la Orden del Elefante Blanco, en reconocimiento a su contribución a Tailandia y su gente. Pero su vida siempre estuvo llena de luces y sombras, de teorías conspiratorias y de fama, de exotismo, e incluso de intriga política. Quizás por ello todo lo relativo a Jim Thompson es una historia propia de una novela negra y fascina a propios y extraños cuando se ahonda un poquito en ella. La leyenda de su desaparición no ha dejado de alimentarse en todos estos años y frecuentemente ocupa espacio en los principales diarios de Tailandia y Malasia. Thompson probablemente se perdió en la selva, pero al público le agradan las teorías conspirativas, y en este caso, podrían tener su base. De hecho, a pesar de meses de búsqueda exhaustiva, jamás se halló un rastro de Thompson, lo que es altamente inusual incluso en un paisaje tan denso. Con su desaparición, para la que hay decenas de teorías, nacía el mito y la leyenda de Jim Thompson.

Hoy día el caso sigue tan abierto como entonces, multitud de libros se han escrito sobre qué le pasó a Jim y su casa museo en Bangkok se ha convertido en parada obligada para quien visita la capital tailandesa, tan sorprendente que sigue siendo una de las atracciones turísticas más populares, de Bangkok.

Visita de la casa de Jim Thompson:
Adultos: 100 bath. Estudiantes: 50 bath. Horario de visita: Todos los días de 9:00 a 17:00 horas.
Transporte: Metro: National Stadium (Silom Line). Localización: 6 Soi Kasemsan 2, Rama 1 Road. (cerca del MBK) – Bangkok.