Estambul_2014_0119En los aledaños de la calle principal de Beyoglü, Istiklal Cadessi, donde sin duda puede afirmarse que late el pulso de la ciudad, existen distintos vecindarios que no participan de todo ese bullicio ni actividad pero que sin lugar a dudas acabarán por convertirse en los nuevos barrios bohemios de moda, donde encontrar artistas y propuestas de todo tipo que se salgan de lo convencional. Uno de esos barrios, por proximidad con la mencionada calle Istiklal es el de Çukurcuma, (aunque oficialmente el nombre del barrio es Firuzaga Mahallesi), el otro, un poco más alejado pero colindante a este es el de Cihangir. Adentrarnos en Çukurcuma es sencillo, subiendo por Istiklal Cadessi, giramos a la derecha por una calle que desciende junto al liceo de Galatasaray, Yeni Çarşi Cadessi. Este es el comienzo del barrio. Pasamos los baños turcos de Galatasaray y el consulado griego y giramos a la derecha en la calle Faik Paşa Cadessi. En caso de perderos siempre podéis preguntar por la mezquita de Çukurcuma (Muhyiddin Molla Fenari Camii) como referencia.

Pero la historia de este barrio histórico, que comenzó lentamente a recuperarse en torno a los años noventa data del año 1200 y aún conserva algún vestigio de esa época. Çukurcuma, que se diría es el nombre de alguna especia exótica y desconocida significa en realidad “hondonada del viernes” en referencia al sultán que consiguió conquistar a la inexpugnable y codiciada Estambul para los otomanos, Mehmet II, alias “el sultanito” el cual vino a esta entonces hondonada para unirse a las oraciones del viernes antes de lanzarse a la conquista de la ciudad en 1453. El área, una vez conocida como el hogar de armenios, griegos y otras comunidades levantinas, refleja esa energía y diversidad en su arquitectura. Algunos edificios han sido renovados (y dado que el barrio está al alza adivinamos que los precios serán elevados), mientras que otros muestran sus años con carácter y otros simplemente se mantienen en pie gracias al «maquillaje» y a sucesivos liftings en equilibrios imposibles. Igualmente hay solares vacíos que nos hablan de la pérdida de una página en la historia del barrio y en los que es más que probable que hundan sus fauces los especuladores.

Estambul_2014_0121La mayoría de los edificios son de la década de los veinte, de dos o tres plantas con altos techos y zaguanes escalonados. Habitados por artistas y expatriados Çukurcuma es un barrio diferente, tranquilo de pasear y de curiosear donde caminaremos sobre un maltrecho acerado entre tiendas de comestibles tipo ultramarinos y casas de té tradicionales; junto a chamarileros que esparcen su polvorienta mercancía sobre los solares adyacentes o en la misma calle sin extrañarnos de que tengan de vecinos una boutique con moda de diseño o un estudio de profesionales de amplios ventanales. Çukurcuma es así.

SEstambul_2014_0123i os interesan las antigüedades este es vuestro sitio de la ciudad para salir a la caza de ese objeto único y por descubrir. Aquí podréis manteneros ocupados durante horas. Una de las mejores maneras de disfrutar de la zona es perderse literalmente en las muchas calles y callejones laterales donde os encontrareis con minúsculas tiendas llenas hasta el techo de todo. Uno puede encontrar desde sillas de montar en camello a grifos de latón decorativos de baños turcos. Muebles, discos antiguos, jaulas de pájaros de madera y platos de cerámica, ropa vintage, zapatos, postales, fotos, libros, joyas, chaquetas, espejos y chucherías de la era otomana que yacen en el olvido de cajas y estantes, esperando encontrar su dueño. Por supuesto que también hay otro tipo de tiendas de antigüedades más selectas si el bolsillo os respalda.

También veremos muchos talleres de carpintería donde se trabaja la madera con las mismas técnicas de hace cien años. Generaciones que llevan trabajando en el mismo local original de sus antecesores y que luchan por perpetuar el legado familiar otra generación más.

Estambul_2014_0118Otro punto de interés en el barrio es el “Museo de la Inocencia” del escritor Orhan Pamuk, residente del barrio. Lo concibió antes y durante la escritura de la novela “El Museo de la Inocencia” y recopila los objetos cotidianos que se mencionan en el libro. A lo largo de este extraño proyecto, el escritor fue comprando en mercados populares toda clase de objetos y completó la recolección de elementos de la vida cotidiana representativa de esos años con la ayuda de amigos y parientes, e incluso de los lectores que sabían que el escritor necesitaba esos materiales para el museo que ahora cuenta la historia de amor y también la historia de Estambul en medio de la melancolía que embargaba a los protagonistas Kemal y Füsun.

En fin, en mi opinión es un sitio que gustará a sus fans pero que la mayoría que no participen del universo nostálgico del nobel posiblemente no apreciarán, aunque él mismo insiste en que no es necesario haber leído su novela para visitar el museo.

Lo dejo aquí, si queréis algo diferente y andais sobrados de tiempo os recomiendo vagabundear sin prisas por Çukurcuma  y perderos, pues en realidad esta es la mejor manera de descubrir cualquier barrio y parte de la diversión de viajar a cualquier lugar desconocido. Durante la semana está bastante solitario pero en el fin de semana se transforma,llenandose de gente joven de todos los puntos de la ciudad que lo han adoptado como lugar de encuentro.

Os invito a conocer un poco de su idiosincrasia en este video.

 

 


 

Ana Morales

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