Esta semana quiero llevaros con el pensamiento, y, la imaginación, a recorrer otras épocas históricas y otros paisajes de un bellísimo país: Birmania.

Soy de la opinión de que todo ayuda cuando uno prepara un viaje. Saber algo de su historia más lejana, o más reciente es indispensable para empatizar con la gente y respetar los usos y costumbres  de sociedades que, hoy día están muy cerca de nosotros pues sólo hay que comprar un billete de avión, pero que, culturalmente quedan muy lejos de lo que conocemos. En un país de las características de Birmania, con su turbulenta historia contemporánea, (desde la colonización británica, que la consideraba parte de la Corona india, hasta la instauración de una longeva dictadura militar que ha aislado durante décadas al país), es aún más valioso y más necesario.

Hay bastantes libros sobre Birmania,  yo os recomiendo:

 

El afinador de pianos, de Daniel Mason

Edgard Drake, de profesión afinador de pianos Erard, no daba crédito cuando un día le llegó un inusual y a la vez extraño encargo: el El afinador de pianosejército británico le contrataba para ir a la selva birmana  ¡a afinar un piano! que se encontraba en una zona recóndita y conflictiva del país donde los ingleses aún estaban intentando hacerse con el territorio. Así, un inglés victoriano, apegado a sus rutinas y costumbres y que nunca había salido de Inglaterra se ve viajando hacia la exótica Birmania atraído por tan inusual encargo. Y aquí, sin saberlo comienzan, en realidad dos viajes, uno propio interior y otro que, en clave de ficción histórica nos atrapa con sus bellas descripciones de la gente y la cultura birmana y del carismático  comandante médico que guarda el piano Erard como un arma de pacificación.

 

Bajo el dragón, viajes por Birmania, un país traicionado, de Rory Mc Lean

El autor regresa a Birmania en 1998, ya que diez años atrás lo visitó Bajo el Dragony quedó fascinado por el país y sus habitantes. La excusa, buscar una antigua pieza de artesanía  que se convierte en el hilo conductor de la historia y a la vez, la excusa para recorrer el país. Así retrata y nos cuenta las historias de distintas personas que sobreviven soportando el terror y las injusticias de un régimen corrupto y criminal.

 

 

 

Cartas desde Birmania, de Aung San Suu Kyi

Aung San SukyiDe la propia pluma de Aung San Suu Kyi, el libro recoge artículos periodísticos que escribió para el diario japonés Mainichi Shinbun durante su arresto domiciliario en Rangún para divulgar y denunciar la realidad de su país. Es ameno pues las cartas son cortas y se acercan a los diversos aspectos del país, y es una gran introducción a la realidad del mismo, por alguien que lo conoce muy bien. 100% recomendable.

 

 

Un lugar llamado nada, de Amy Tan

Un lugar llamado nadaUn libro con bastantes detractores, pero que a mí me pareció muy original y me gustó. La historia de un heterogéneo grupo de amigos de Nueva York que han planificado el viaje total, y, que se ve truncada por una serie de situaciones un poco surrealistas en las que intervienen una tribu que ve en uno de ellos a una especie de mesías salvador que llevaban mucho tiempo esperando.

 

Los días de Birmania, de George Orwell

Los días de BirmaniaEste es otro libro que no a todo el mundo le gusta, pero que a mí sí me gustó. El libro recrea los últimos añosde vida del imperialismo británico, la vida de los colonizadores y los colonizados en Birmania, y, como los ingleses ven con verdadero disgusto y desprecian a  todo aquel que simpatiza y se relaciona con los locales. Orwell escribió la novela con diecinueve años, cuando estaba destinado allí como policía.

 

El Palacio de cristal, de Amitav Ghosh

palcioCristalEl Palacio de cristal comienza con la llegada del ejército inglés a Mandalay, y el exilio de la familia real birmana a la costa India. Es una saga familiar que empieza con el huérfano Rajkumar, y que sirve al autor de excusa para narrarnos los acontecimientos históricos que ocurrieron en esta parte del mundo desde ese momento hasta casi nuestros días  a través de la historia personal de sus descendientes. El libro es muy denso, y, a veces se hace un poco lento, pero hay que reconocer que Ghosh sabe escribir, y que esta es una obra ambiciosa que para algunos es el “Doctor Zhivago” del lejano oriente…

 

Pagodas de oro, de Pierre Loti

Aunque Loti visitó el país un siglo atrás, me atrevo a decir que su romántica e intensa descripción de la preciosa pagoda de Schwedagon Pagodas de orobien podría haber sido escrita en nuestros días. El librito nos transmite sus impresiones y sentimientos al visitarla, y, a buen seguro que los que ya la conozcáis deseareis volver allí, y los que aún no hayan tenido la oportunidad se reafirmarán en que este es un lugar imprescindible. Además Loti  reflexiona sobre la realidad del pueblo birmano, la omnipresente influencia del gigante Chino, y los ingleses a los que sólo les mueve esquilmar las riquezas del país.

 

 


 

Ana Morales

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