Hay quienes tienen claro que no desean una vida convencional y, otros, que no lo saben hasta que un día, quizás fruto de la casualidad, de un encuentro o, de la introspección personal deciden cambiar de rumbo, dejando atrás todo lo que era una realidad incuestionable hasta entonces a la búsqueda de nuevos puertos.

En Las Alpujarras de Granada vive mucha de esta gente, que proviniendo de los más dispares rincones del mundo llegaron aquí para quedarse,  a la búsqueda de una nueva vida, más plena, inspirada y con más significado.

Muchos, especialmente de nacionalidad británica, recalaron aquí por el efecto llamada y la visión romántica de autores como Gerald Brenan, o más contemporáneamente por los best sellers costumbristas y optimistas de uno de sus más ilustres y famosos vecinos, el ex Genesis Chris Stewart. Otros Alpujarras_192por el boca-oreja de conocidos, otros, por la presencia en la zona de distintas comunidades ya establecidas aquí, y, por último diría que están los que llegaron por casualidad y ya no se quisieron marchar.

Lo cierto es que esta zona abrupta y aislada del mundo, situada entre las altas cumbres de Sierra Nevada y del mar mediterráneo ha sido y es, el lugar elegido para establecerse por centenares de “exiliados”. De hecho, Órgiva, su capital Orgiva_iglesiaadministrativa, con 5906 habitantes, tiene censadas a ciudadanos de 68 nacionalidades distintas, el 44% de los cuales son británicos. Por ello, no es nada extraño oír todos los idiomas y acentos del mundo en esta torre de Babel serrana mezclada con la población local. También por ello, creo que podría decirse que Òrgiva es la capital multicultural de Las Alpujarras.

Los más ancianos, con su sombrero de paja y el bastón, se sientan en los bancos bajo las omnipresentes moreras y ven pasar a estos foráneos, (muchos de los cuales tienen un aspecto de lo más estrafalario), ya casi con indiferencia. Si preguntan a alguno de ellos cuando comenzaron a llegar, posiblemente no se pongan de acuerdo. Algunos lo situarán en los movimientos neorrurales de los ochenta. Otros IMG_3129a mediados de los setenta, cuando empezaron a llegar los primeros hippies, resucitando cortijos abandonados y tierras baldías. Otros no sabrán qué contestar.

Lo cierto es que hoy, más de treinta años después, en Cañar se encuentra “Beneficio”, la comunidad hippie más grande de España y de Europa, en la que viven más de 300 personas y medio centenar de niños de distintos países y religiones. Un asentamiento no exento de polémica ubicado en un incomparable entorno natural en el que no hay luz eléctrica ni propiedad privada y en el que la mayoría vive en tiendas de campaña. Subsisten con los cultivos ecológicos, las artesanías que venden en los mercadillos y la prestación de servicios. Además hay otras dos comunidades más: Los Cigarrones y El Morreón, en los valles del mismo nombre.

Pero no sólo viven hippies en Las Alpujarras, otros residentes simplemente querían un cambio de vida, y se establecieron en diminutos pueblos en los que por no haber, apenas hay ni vecinos. Uri y Fred llevan un año viviendo en Alcútar, una villa de 197 habitantes. El acceso a su casa es a través de un Uri-Fred_housetortuoso camino de tierra que es una cañada real. No se llega por casualidad, sin embargo Uri, de Israel y Fred, holandés sienten que tras viajar a lo largo y ancho del mundo han encontrado su paraíso en la tierra aquí. “En Holanda tenía dos o tres buenos amigos y aquí es asombrosa la cantidad de amigos que hemos hecho en un año”. Tienen como vecinos a una pareja de jubilados ingleses, y, no lejos de estos aunque invisible desde el camino hay otras dos casas también de propietarios ingleses. Ingenieros informáticos, las nuevas tecnologías les permiten trabajar desde su casa. También alquilan otra casa de su propiedad que antaño era un cuarto de aperos y que han renovado y remodelado con gusto. No son los únicos, Emi, sueca de mediana edad se mudó hace varios años a la población de Ferreirola (89 habitantes) con su marido e hijos. Aprendió el oficio de tejedora con máquinas manuales y trabaja en un telar que fabrica  textil tradicional alpujarreño en Pampaneira.  Nade, francesa afincada en Bubión es artesana textil. Llegó con treinta años y ya está apunto de jubilarse.  Elsa, en Bayacas, británica lleva tres años prestando servicios inmobiliarios en la zona… María, también en Bayacas, es artesana ceramista, la lista es inacabable, con tantas historias como personas.

encabezado_oselingPara muchos otros la única religión es salir al encuentro de uno mismo y por ello pasan temporadas en retiro espiritual. En estos valles, como ya os conté en una entrada anterior, se encuentra Osel Ling, un centro de retiro espiritual de filosofía budista Mahayana inaugurado en el año 1980 por el lama Yeshe, venido de Tíbet y fundador de la Fundación para la Preservación de la Tradición Mahayana (FPMT), y por su discípulo y actual director de la misma el lama Zopa Rimpoché.

Y también Jikô An, un centro de meditación Zen situado en la ladera sur de Sierra Nevada (Alpujarras) a 1.500 metros de altitud por encima del pueblo de Yegen y fundado por Hôgen Yamahata, Maestro Zen originario del Japón.

Por otro lado, Peter Yang, sacerdote, médico, emprendedor y pionero de la divulgación del Taichí en España, fundó su centro de Tai Chí en el Cortijo de Cortes, cerca de Mecina Bombarón.

alpujarras_imagenes

Además existe una estrecha y unida comunidad musulmana en la zona de las Alpujarras. 35 familias sufíes Naqshbandies viven en Órgiva, el mayor colectivo de nuestro país. La mayoría de ellos son españoles conversos al islam que han optado por una de sus ramas más místicas y  espirituales: el sufismo.

En fin, como podéis ver, esta tierra que inspira y acoge tiene tantos atractivos como personas la habitan.

 


 

Ana Morales

© Copyright | Todos los derechos reservados

Si te ha parecido interesante el artículo, ayúdanos a mantener el blog

error: Content is protected !!