Es de sobras conocido que una de las caras más vanguardistas y espectaculares del tigre asiático y de visita obligada en Singapur es Marina Bay Sands. Dentro de este complejo se encuentra Gardens by the Bay, uno de los jardines botánicos más grandes del mundo, el cual alberga más de 160.000 plantas de 200 especies distintas originarias de los cinco continentes. Este complejo de más de cien hectáreas comprende no sólo los tres jardines (Bay South, Bay East y Bay Central), sino que además es un indiscutible destino de ocio por la cantidad de actividades, restaurantes y atracciones que ofrece. Una fusión de naturaleza, arte y tecnología inteligente en el que las sorprendentes estructuras arquitectónicas conviven con una amplia variedad de muestras de horticultura.

Gardens by the Bay os sorprenderá con sus impresionantes construcciones en forma de árbol, sus invernaderos, su galería de esculturas al aire libre, su lago Dragon Fly, y las miles de especies vegetales tanto de la región como del mundo entero. Hay un jardín indio, otro chino, otro malayo y otro colonial y un jardín de plantas suculentas “Sun Pavillion” de México.

 

Super Trees Grove

Todo impresiona en Gardens by the bay, pero permitidme que me centre en los súperárboles porque para mí fue una experiencia inolvidable.

Los súper árboles son jardines verticales de entre 25 a 50 metros de altura. En total son 18 súper árboles, el más alto del cual es de 16 pisos de altura. Estas grandes estructuras recubiertas de vegetación dan sombra durante el día y se iluminan por la noche participando en un espectáculo diario de luz y sonido. Orquídeas, bromelias, helechos, flores tropicales y trepadoras cubren y decoran sus tallos.

Una pasarela suspendida entre estos árboles a 22 metros del suelo y de 128 metros de longitud conocida como OCBC Skyway permite que los visitantes tengan una perspectiva única de los jardines desde las alturas. Y no solo de los jardines. Las vistas son maravillosas, con estructuras tan reconocibles como el Hotel Marina Bay Sands, la noria Singapur Flyer, (mayor que la de Londres y sólo superada por la de Las Vegas con sus 165 metros de altura) la Ópera y los rascacielos de la zona financiera.

Estas icónicas estructuras además están el servicio de los dos grandes invernaderos y el centro de energía, pues once de estos árboles tienen células fotovoltaicas que generan energía solar, recolectan agua de la lluvia y ejercen de conductos de ventilación.

Os aconsejo encarecidamente que visitéis Gardens by the Bay, reconozco que yo era bastante escéptica, no esperaba mucho aparte de un proyecto de corte megalómano y artificial y me encantó comprobar que merecía, y mucho, la pena.

La entrada a los jardines es gratuita así como presenciar el espectáculo, que va variando en función de la época del año. Cuando yo la visité, cercana las fiestas navideñas,  el espectáculo tenía música de Navidad, clásica, de Disney. Fue precioso, las luces iban cambiando de tonalidad “bailando” con los acordes, hipnotizaba, fue simplemente mágico, mi mejor recuerdo de Singapur. Si no subís a la pasarela, podéis tumbaros en la esplanada o entre los árboles y ver el espectáculo desde abajo, sin duda que esta perspectiva también será muy bonita.

Si queréis subir a la pasarela, cuesta unos 8SGP, subiendo poco antes de alguno de los pases del espectáculo lo podréis disfrutar desde las alturas. La pasarela funciona desde las 09.00 a.m a las 21.00h al igual que los invernaderos. El espectáculo de luz y sonido se llama Golden Rhapsody  y se hace dos veces al día (7:45 y 8:45 pm). Los jardines abren desde las 05.00 a.m. hasta las 02.00 a.m.
Para más información os aconsejo que visitéis la web de Gardens by the Bay.

 

Las esculturas

Antes os comentaba que entre los jardines hay muchas esculturas a modo de galería al aire libre. En total se trata de 40 esculturas, la primera de ellas nos recibe en la puerta de acceso, un enorme toro de bronce muy realista del artista Walter Matia.

Otra muy reconocible es Planet, se trata de un bebé de siete toneladas en bronce que parece flotar sobre el verde césped. En realidad es sostenido por su propio brazo derecho pero a simple vista no se advierte. Transmite placidez y ternura.

La Pamela, de Antonio Valdés, estuvo primero ubicada en la Plaza de la Vendomme antes de quedarse definitivamente aquí. Valdés tiene otra escultura más llamada Ferns (helechos) en el jardín. Otra muy curiosa, en el Flower Dome es la “Familia de Viajeros”. Os dejo el mapa de las esculturas para que os sirva de guía en vuestra visita.

Espero que lo disfrutéis ya que es un destino para toda la familia, y, encima es gratuito.