La venerada imagen del Mahamuni, situada en un templo de Mandalay, es también conocida como “el Buda de Rakhine”, ya que es de este estado del oeste de Birmania, (hoy tristemente en las noticias por los conflictos étnicos entre musulmanes y budistas) antes el reino de Arakán, de donde trajeron la imagen. Es la imagen más venerada del país por su significado tanto histórico como religioso y es una de las visitas obligadas para cualquier «peregrino» de paso por Mandalay.

Merece la pena mencionar su historia, pues se remonta a dos mil años atrás y vincula al Mahamuni con los orígenes mismos del budismo birmano. Para los habitantes de Birmania, que han transmitido de generación en generación esta creencia, es la única copia verdadera que existe del Buda porque fue realizada en vida del mismo y tomándolo como modelo. Por ello durante siglos fue objeto de codicia de numerosos gobernantes, ya fueran los propios birmanos o los extranjeros.

Evolución del MahamuniSegún las propias crónicas arakanesas, a mediados del primer milenio antes de Cristo, en el hoy oeste del país surgió una ciudad estado conocida como Dhanyawadi. Según la tradición local el Buda tuvo una visión en la que Arakán “se convertía en una tierra iluminada por el budismo” y viajó a esta región volando desde la India acompañado por sus 500 discípulos. El monarca de Dhanyawadi invitó al Buda a su palacio para poder recibir las enseñanzas del mismo. Buda aceptó y durante siete días dictó su doctrina. Cuando estaba planeando su regreso a la India, el rey le suplicó al Buda el hacer una “réplica” de sí mismo con el fin de que los fieles pudieran venerarle en su ausencia. Buda aceptó y así nació la imagen del Sakyamuni, considerada la única copia real de la imagen de Buda que existe en el mundo. Dicha estatua, hecha en bronce, pasaría a llamarse Mahamuni (“Gran Sabio”) en su honor. El propio Buda consagró la estatua insuflándole  su propia aura, dándole “vida”. El rey ubicó la estatua en un trono de piedras preciosas y ordenó la construcción de monasterios a su alrededor.

Rezando al Budha MahamuniPor tanto, y según la creencia popular, la estatua fue consagrada por el mismo Buda Gautama (el buda histórico) con el fin de crear un “gemelo viviente” que en su ausencia aconsejaría a los reyes y, daría sermones a la comunidad. Una antigua crónica arakanesa le atribuye a la estatua unos poderes especiales y sobrehumanos.

El santuario de Mahamuni en Dhanyawadi, con su legendaria estatua de Buda, continuó siendo el centro de culto principal en Arakán hasta el siglo XVIII, pero se convirtió también en un objeto de deseo por parte de los sucesivos gobernantes budistas. Esto hizo que, a finales del siglo XVIII se pusiera fin para siempre a la estancia de la estatua de Mahamuni en Dhanyawadi después de más de un milenio y medio allí (según la tradición).
En 1784 el rey Bodawpaya de Birmania, heredero  del imperio fundado por su padre (el tercer Imperio birmano), fijó su atención en el vecino estado de Arakán, independiente pero siempre codiciado por los birmanos. Su hijo llevó a cabo la conquista, siendo un duro golpe y una humillación para sus habitantes, y la estatua fue sacada de Arakán para no regresar jamás a su lugar de origen.

La obtención de la estatua de Buda fue la mayor victoria para Bodawpaya porque había logrado lo que sus antepasados tanto habían anhelado. La estatua, con sus poderes sobrenaturales, ahora estaba en su poder. Estando bajo el control de Bodawpaya la pagoda Shwedagon de Yangón y la Roca Dorada de Kyaiktiyo, y ahora el Mahamuni, conocidos como el “triunvirato sagrado de Birmania” este tenía un prestigio a nivel religioso prácticamente insuperable pero también un poder político y social inigualable ya que el budismo jugaba un papel importante en la legitimidad de la monarquía birmana, de hecho, entre los argumentos de la conquista de Arakán figuraba la acusación de que el budismo en dicha región estaba en declive y había que protegerlo.

Laminas de oro para el Mahamuni

Pero esta es la historia, el santuario que acoge al Mahamuni es una gran pagoda en la parte sur de Mandalay que no es la original sino una reconstrucción (no idéntica) del edificio de 1785, que fue pasto de las llamas. Hoy día el santuario está rodeado por numerosos monasterios, artesanos, albergues y tiendas de material religioso. Cuando íbamos entrando me vino a la cabeza la expulsión de los fariseos del templo por Jesús, pues realmente hay una gran actividad comercial en la antesala, que no parece muy acorde con la sacralidad del lugar…

Detalle del Budha MahamuniLa estatua se encuentra en una estancia al fin de la entrada principal, y es visible de frente y por ambos lados. Las mujeres no pueden acceder a la estancia, y, como yo, nos conformamos con ver a través de una puerta desde la que se ve parte de la imagen. Esta está descansando sobre una plataforma de casi dos metros de altura, y los hombres acceden por ella para hacerles sus ofrendas de lámina de oro. La estatua de Mahamuni es de bronce (aunque nadie lo averiguaría debajo de una capa de 5 cms de espesor de oro que ha hecho “engordar” y deformar a la imagen especialmente por la base). Mide casi cuatro metros de altura. Su peso total es de 6,5 toneladas, y  muestra al Buda en el momento de la iluminación, con su brazo derecho con la mano tocando el suelo como testimonio de sus actos pasados y la otra mano reposando sobre las rodillas con la palma hacia arriba. Los adornos que coronan su cabeza y el pecho están incrustados de piedras preciosas (diamantes, esmeraldas zafiros, etc.) donadas por los devotos budistas a lo largo de los siglos. La imagen, desde luego, impone, y, resulta curioso y extraño  porque no deja de ser un objeto inanimado.

El momento más importante del día es en torno a las 04:00 a.m cuando con los primeros rayos de sol se lleva a cabo el ritual de lavado del rostro de la estatua. El abad es el único que puede tocar el rostro del Mahamuni, lavándole incluso los dientes, cuando termina el proceso los presentes ofrecen sus donaciones a la imagen.

Su posesión y su patrocinio por reyes en el pasado y por la junta militar actualmente no tienen sólo un fin religioso sino también político y no es otro que perpetuar el control sobre una sociedad, la birmana, cuyo fervor religioso es muy intenso.