24 horas en Rabat

Torre de Hassan IIRabat es la actual capital del reino de Marruecos desde que en 1912, el sultán Mulay Yusef abandonó Fez  a favor de Rabat convirtiéndola así en la capital administrativa de Marruecos y la segunda ciudad en tamaño del país. Rabat es una de las paradas obligadas cuando uno hace una ruta por las ciudades imperiales del país. Es una ciudad de costa, con dos zonas muy diferenciadas, una antigua, y una moderna donde encontramos amplios bulevares y anchas avenidas,  barrios administrativos, zonas verdes y edificios residenciales.

Por lo general, si vamos en ruta, en Rabat apenas estaremos 24 horas, por lo que hay que decidir en que invertir el tiempo, y, yo, por mi parte siempre encuentro mucho más interesante visitar el casco antiguo, ya que la parte moderna, no es tan distinta de lo que estamos acostumbrados en España.

Cementerio de ChellahHaciendo un poco de historia, mencionar que fueron los romanos quienes le dieron el primer nombre a la ciudad, Sala Colonia, estableciendo cerca de la actual necrópolis de Chellah un puerto fluvial que desapareció con el fin del imperio romano. Más tarde fueron las tribus bereberes las que se establecieron en torno a su río, el Buregreg, estableciendo una fortaleza o “Ribat” en el s.X, que más adelante tuvo un papel fundamental en la conquista de Andalucía y el resto del Magreb, es la conocida actualmente como “Kasbah de los Udayas”. A finales del S.XII Yacub El Mansur, el soberano almohade construye la torre Hassan, prima de la Giralda y la Kutubia de Marraketch y rodea la Kasbah por dos inmensas murallas de cinco puertas. Hay que decir que con el fin de la dinastía almohade vinieron tiempos difíciles de decadencia para la ciudad que se convirtió en una ciudad de piratas. Ya en tiempos más recientes la ciudad recupera el esplendor con la dinastía alauita.

Kasbah de los UdayasPero, ¿qué ver en Rabat? Ya hemos dado muchas pistas, uno de los puntos de interés está junto al mar, en lo que fue la antigua ciudad establecida por los romanos Sala Colonia, y, donde posteriormente los meriníes edificaron la necrópolis de Chellah, fuera de las defensas de la ciudad. Es uno de los lugares más atractivos de Rabat, un oasis de tranquilidad,  rodeados por las antiguas lápidas que descienden por una colina hasta el mar. También hay una sala de abluciones, un oratorio y un minarete. La puesta de sol junto al faro es preciosa. Junto a la Chellah, encontramos la Kasbah de los Udayas, su visita es muy agradable. Emplazada en un sitio realmente bello, con los altísimos muros ocres mirando al mar y el interior de la fortaleza con sus calles tortuosas y sus casitas encaladas mirando al río.  Con su jardín andaluz lleno de flores y conteniendo la mezquita más antigua de Rabat en su interior. Hacer un alto en el cafetín el “café moro” que hay mirando al estuario del río Buregreg y la ciudad gemela de Salé, es casi obligado. Tranquilidad y unas vistas muy bonitas con un emplazamiento, en lo alto del acantilado, perfecto.

Kasbah de los UdayasDe regreso al centro, lo mejor es colarse por alguno de los callejones que desde aquí nos introducirán directamente en la Medina. Su zoco no es de los más interesantes que veremos en nuestro recorrido por Marruecos, ni es especialmente fotogénico, ni los productos que se venden resultan atractivos, pues es un lugar no pensado para el turista que busca lo auténtico sino para surtir a la población de los bienes más cotidianos, y, hay demasiada presencia de artículos made in China. Pero es un paseo entretenido y colorido…y, se podrán hacer algunos hallazgos, si estáis en la ciudad los jueves por la mañana podréis asistir a la subasta semanal de alfombras rbatis.

En otro lado de la ciudad hay otro lugar muy visitable y venerado, el Mausoleo de Mohamed V, una obra maestra del arte tradicional marroquí, compendio de  todas las técnicas de los maestros artesanos, mármol tallado, bronces grabados, madera policromada, celosías de yeso…). Está siempre muy animado.

Mausoleo de Mohamed V

En la parte inferior del edificio está la tumba de Mohamed V, junto al cual descansan sus hijos. En el mismo recinto encontraremos la torre de Hassan, con los vestigios de la inconclusa mezquita que debía ser de las más grandes del mundo musulmán. Decenas de columnas de la ciudad romana de Volubilis  fueron expoliadas para ser reutilizados aquí, y aún se mantienen en pie. En el exterior del recinto, la guardia real custodia el lugar a caballo.