Avivando las brasas.Corlulu ali PasaCaminando por la calle Divanyolu Cadessi del casco antiguo de Estambul, en dirección al Gran Bazar observaremos que existen varios recintos anexos a mezquitas o edificios antiguos que son cementerios otomanos, con sus curiosas lápidas gravadas en piedra y coronadas por distintos tipos de turbantes y sombreros y rodeadas por la vegetación. Puede parecer algo macabro así dicho pero lo cierto es que en Estambul, dentro de la ciudad, es fácil encontrarse con decenas de ellos, y la vida sigue a su alrededor sin que perturben a nadie pues realmente tienen más de románticos que de fantasmagóricos.

En uno de estos recintos, cuyas antiguas lápidas se observan desde la calle se encuentra la antigua madrasa y mezquita de Corlulu Ali Pasha, pero además también una de las teterías con más encanto de Estambul. Desde la calle principal uno se puede quedar con la duda de si está o no en el sitio o si debe o no pasar, pues realmente el sitio despista y la respuesta es sí, adelante, serán bienvenidos.

Corlulu Ali PasaUna vez dentro, nos encontraremos con un patio central rodeado por una zona cubierta y porticada bajo la cual hay varias cafeterías y teterías. En estos espacios no hace muchos años yo he conocido también tiendas de alfombras. Pero tiendas ya sólo queda una, todo el espacio está ocupado por las teterías que tienen una clientela básicamente local y fiel. De entre todas ellas quizás la más famosa sea Erenler. El patio pertenece a la antigua mezquita de Corlulu Ali Pasa, construida en torno al 1709. Corlulu Ali Pasha era el hijo político del Sultan Mustafa II y fue uno de los grandes visires de Ahmet III. Actualmente, la mezquita de un solo minarete guarda en una tumba de piedra de algún lugar del recinto la cabeza de Ali Pasa, ejecutado en Lesvos, y las antiguas celdas de la escuela coránica donde dormían los estudiantes hoy se usan principalmente como cafés.Tenderos del cercano Gran bazar, vecinos y estudiantes de la cercana universidad son su clientela.

Shishas en Corlulu Ali PasaEl ambiente del lugar es excepcional por la atmósfera y el entorno especial en el que estamos. El humo fragante de los narguiles elevándose en volutas entre la pálida luz del lugar invita a la ensoñación. Es un lugar ciertamente masculino aunque está abierto a todo el mundo, donde la gente se viene a relajar y a fumar narguile semirecostados indulgentemente sobre los cojines y sofás bajos del lugar. Tras los muros de piedra no existe la prisa ni el ruido del exterior de la bulliciosa calle YeniÇeriler, tan sólo los murmullos de los contertulios, y por la noche, aún menos.

Me encanta este lugar para acabar el día después de recorrer la ciudad porque uno se puede abstraer y dejar pasar las horas mientras observa a los parroquianos. Algunos juegan al ajedrez o al dominó, otros charlan o hacen negocios pero se habla bajito, un código de conducta no escrito así lo marca. Nadie salvo los extranjeros parecen desentonar, bueno, en esta última visita y para mi disgusto he podido comprobar que han colgado un T.V de plasma de una de las paredes bajo los arcos para ver el fútbol, (en Turquía también hay mucha afición) y eso rompe el conjunto, aunque eso sí, al menos sin volumen. Podría decir que el lugar aún cumple con las expectativas de cualquiera, sigue siendo bastante auténtico y conserva su atmósfera especial pero sin querer ser agorera, la tendencia es la de un lugar que va a acabar muriendo de éxito porque ya comienza a ser conocido y turístico.

La dirección:
Erenler Çay Bahçesi
Yeniçeriler Caddesi 36/28 Çemberlitaş İstanbul , Türkiye

 

 


 

Ana Morales

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