En el casco antiguo de la preciosa ciudad de Cracovia hay un rincón que os llamará poderosamente la atención, y lo hace por muy buenos motivos. Primero, porque destaca imponente sobre el paisaje coronando una colina que emerge a los pies del río Vístula, segundo, porque aún sin saber todo lo que hay en su interior, los tejados, muros, torreones y edificios que se ven desde el exterior prometen un montón de historia.

Estáis ante uno de los símbolos más reconocibles de Polonia: el Castillo de Wawel, uno de los lugares más concurridos y visitados de la antigua Cracovia.

La Colina de Wawel

Wawel es un gran complejo arquitectónico que sigue el modelo de las ciudades amuralladas medievales. Las primeras construcciones conocidas en lo alto de la colina datan de finales del siglo X y principios del XI. No obstante, lo que se puede ver hoy, y por lo que la colina es famosa, es posterior al siglo XI, debido a incendios y otros aconteceres históricos que han transformado el espacio de manera profunda. En Wawel podremos ver el Castillo, con sus torres defensivas, la catedral, el palacio real, la cueva del dragón (a Wawel no le falta ni su propia leyenda ni su propio dragón que expulsa fuego por la boca para delicia de los niños) y, por último, el museo catedralicio Juan Pablo II.

Castillo y catedral se levantaron por primera vez en el siglo XI, la catedral ha sobrevivido casi como la vemos hoy desde el XIV y el castillo desde el XVI, ya que los incendios lo dañaron severamente.

 

La leyenda

La cueva del dragón es el lugar donde según la leyenda vivió el famoso dragón (Smok Wawelski) que tenía atemorizada a la ciudad, ya que se alimentaba de los propios ciudadanos. Como en todos los cuentos de hadas, el rey prometió la mano de su hija a quien liberase a la ciudad de tal amenaza. No obstante, todos los caballeros que lo intentaron murieron en el intento o no consiguieron nada hasta que un humilde zapatero consiguió liberar a la ciudad de este horror rellenando con azufre la pelliza de un cordero y dándoselo a comer al dragón. Este tras ingerir el azufre tuvo una sed tremenda que le llevó a beber y beber agua del Vístula hasta que explotó. Así los ciudadanos de Cracovia pudieron volver a vivir en paz.

El dragón está en el camino de ronda que rodea las murallas del castillo y la cueva (que sólo se visita en meses de verano) es un pozo de unos 20 metros de profundidad que termina precisamente tras la estatua del dragón.

La catedral de Cracovia es uno de los edificios más importantes de Cracovia y es quizás de los edificios que alberga el complejo, el que mayor significado tiene para los polacos pues atesora una historia de un milenio y fue el centro del poder eclesiástico y monárquico de Polonia, el lugar donde durante siglos se coronaron los reyes polacos. Esta ceremonia llegó a ser tan importante que, incluso después de trasladar la capital a Varsovia, diferentes monarcas fueron coronados en Cracovia. Es, por tanto un testimonio de la historia de la nación.

La catedral, tal como la podemos admirar hoy en día, se construyó en el siglo XIV en estilo gótico, sobre una parte de los cimientos románicos de la catedral que se había destruido en un incendio. En su interior, entre otros puntos de interés, mencionar el Mausoleo de San Estanislao, patrón de Polonia, la cripta donde descansan muchos de los reyes polacos, y la campana y capilla de Segismundo. Además, es el lugar donde Karol Wojtyła, antes de que fuera papa Juan Pablo II, ejerció de arzobispo metropolitano durante muchos años.

 

El Castillo Real de Wawel, fue mandado construir por Casimiro El Grande, un monarca que sin duda dejo su huella en la historia de la ciudad y está incluido en le lista de Monumentos Patrimonio de la Humanidad. Es un palacio de estilo renacentista, en el cual, aparte de la visita tienes la opción de visitar algunos rincones especiales. La visita principal en el Castillo Real de Wawel son los Salones de Estado, cuya primera planta fue utilizada como residencia de los gobernadores de Cracovia, y donde se conservan techos renacentistas de madera. Solo se reparten diariamente un número reducido de entradas y todas cuentan con una hora fijada para entrar.

Tened también en cuenta que cada exposición tiene su tarifa de entrada separada (y que no hay entradas combinadas para todas las exposiciones). No está permitido ni hacer fotografías ni vídeos en el interior.

En la planta segunda se visitan los salones de invitados, la Capilla Real y la estancia de mayores dimensiones del Castillo Real, el Salón del Senado

Horario: Desde abril hasta octubre: De lunes a sábado: de 9:00 a 17:00 horas. Domingos: de 12:30 a 17:00 horas. Desde noviembre hasta marzo: De lunes a sábado: de 9:00 a 16:00 horas. Domingos: de 12:30 a 16:00 horas. (Tened en cuenta que cada parte del castillo tiene diferentes horarios). Entrada gratuita: Los lunes desde abril hasta octubre de 9:30 a 13:00 horas y los domingos desde diciembre hasta marzo de 10:00 a 16:00 horas.

Por último, saliendo por la otra puerta estaréis en la ciudad antigua de Cracovia, caminaremos a lo largo de las calles más antiguas,  Kanonicza y Grodzka. La primera sale desde Wavel  y es una de las calles más bonitas, nobles y pintorescas del casco antiguo. El callejón empedrado está lleno de bonitos ejemplos de arquitectura renacentista y barroca, y muchas de las cuidadas fachadas cuentan con coloridos murales y pasillos que conducen a patios tranquilos. Hasta el siglo XIV, la calle estaba llena de mansiones de nobles. Luego, las residencias palaciegas de los cánones y prelados de Cracovia tomaron su lugar, de hecho, varios edificios aún pertenecen a la Iglesia. De 1951 a 1963, el padre Karol Wojtyla, futuro papa Juan Pablo II, vivió en la calle Kanonicza 19 y 21.