Sin duda, la mujer más célebre de la historia otomana es Haseki Hürrem Sultan, conocida popularmente en occidente como Roxelana. Intrigó a sus contemporáneos por su relación sin precedentes con el mayor monarca de la época, Solimán el Magnífico. Su muerte en 1558 no sólo no acabó con esa fascinación si no que, muy al contrario, alimentó aún más las controversias y especulaciones sobre su persona. Su vida ha sido objeto de novelas, obras de teatro y hasta ópera. Aún hoy continúa cautivando la imaginación popular habiendo sido recientemente la figura central en una popular serie de televisión.

El pasado mes de octubre se subastaba en Sotheby’s uno de los mejores retratos de una dama otomana del siglo XVI. La inscripción dorada de la pintura la declara hija de Solimán el Magnífico, pero su verdadera identidad (de ahí su gran interés) es la de la esposa de Solimán el Magnífico, la legendaria Roxelana.

Vamos a bucear en su biografía, de la cual muchos datos son ya ampliamente conocidos.

Existe un consenso general de que Roxelana nació como Aleksandra Lisowska, hija de un sacerdote ortodoxo, en Rutenya (Ucrania) entonces territorio polaco. Pero poco más se sabe de su vida hasta que siendo adolescente fue apresada en una incursión tártara.  Durante este período, las tribus tártaras del este hicieron frecuentes incursiones en Ucrania para obtener botín y esclavos. Una de esas cautivas fue una niña de tez clara con cabello rubio rojizo, lo que la convertiría en un premio valioso y un regalo digno para un sultán.

 

De concubina a reina

Roxelana entró en el harén de Solimán como concubina esclava, quizás en 1520, como regalo al sultán por su ascenso al trono. La historia de amor de Aleksandra con Solimán no fue un cuento de hadas ordinario en el que la mujer es conocida por su belleza y elegancia, de hecho, fue todo lo contrario. El embajador veneciano Pietro Bragadin describió a Roxelana como: «Joven, pero no hermosa, aunque elegante y pequeña«. Es difícil saber cuál era su aspecto real pues no hacía vida pública y los retratos que de ella existen son más bien figuraciones que no representan la realidad. De ahí el parecido casi inexistente entre todos ellos.

Las mujeres del harén otomano eran hábiles bordadoras, al igual que Aleksandra. Según la biografía escrita por Harold Lamb en 1951, el sultán pasó por casualidad junto a la lavandería de su harén cuando escuchó una hermosa voz cantando canciones ucranianas. Él «se detuvo a hablar con ella con su acento extranjero». La chica de la lavandería no era otra que la futura emperatriz otomana Hürrem Sultan, en ese momento llamada Aleksandra Lisovska o Roxelana. En Europa se la conoce como La Rossa o Roxelana.

En su devoción por ella, Solimán rompería con los protocolos y convenciones otomanas.

Esta relación, por supuesto, alteró el orden del harén. Hasta que ella llegó, estaba vigente la política de «una madre concubina, un hijo«. Esta regla se adoptó para evitar la influencia de la madre sobre el sultán y el fratricidio. A las concubinas imperiales se les había permitido tener cualquier número de hijas, pero a lo sumo un hijo. Pero Hürrem rompió la regla y se convirtió en madre de la mayoría de los hijos de Solimán. Hürrem dio a luz cinco hijos y una hija, el primero en 1521, los demás en una sucesión bastante rápida. No es de extrañar que circularan rumores de envidias y resentimientos en el harén.

De esta época hay una historia que cuenta como Gülbahar, la madre del primogénito de Solimán, había peleado con Hürrem, arañándole la cara y arrancándole el pelo para disgusto del sultán.

Fue en 1521, cuando Roxelana dio a luz al hijo de Solimán Mehmed, momento en el que se convirtió automáticamente en la tercera mujer más poderosa del harén. La rivalidad era inevitable en tal sistema, y ​​Gülbahar Sultana, la madre de Mustafá, el hijo mayor del sultán, comenzó a mostrar su enfado por los favores que este le mostraba a Roxelana, una advenediza a los ojos de esta. Cuando Gülbahar atacó e insultó a Roxelana, algo que podemos imaginar como una pelea de gatos, calculó mal el ingenio y la inteligencia de su oponente. Parece ser que la increpó diciendo: «Traidora, carne comprada en el mercado, ¿quieres competir conmigo?». Roxelana tomó ventaja frente a esta situación y la siguiente vez que Solimán la convocó se negó a acudir, con la excusa de que, dado que le «vendían carne», con la cara arañada y el pelo rapado, esta no estaba en buen estado y no era digna de estar en presencia del sultán. Este acto podría haberle costado la vida, pero no hizo sino intrigar aún más a Solimán quien llamó a Gülbahar para saber si la historia era cierta. Gülbahar respondió no solo afirmativamente, sino con revanchismo, insistiendo que Roxelana había recibido lo que se merecía.

Poco después, Solimán nombró a su hijo Mustafá gobernador de Manisa, una provincia alejada de la sede del poder; este encargo requirió del traslado de Gülbahar quien se marchó con él.

Con la corte despejada, Roxelana tuvo vía libre.

Estaba decidida a convertirse en la esposa legal del sultán, y así fue. Mientras su madre estaba viva, Solimán respetó su posición como la primera dama de la corte. Pero tras su muerte, tomó una decisión sin precedentes al convertir a Hürrem en su esposa. Se cree que la boda tuvo lugar en junio de 1534, después del nacimiento del príncipe Cihangir y tras la muerte de la madre de Solimán, la Valide Hafsa Sultan,

El ascendente de Roxelana sobre el sultán fue tal que cuando un incendio destruyó parcialmente el harén en el antiguo palacio del sultán, esta aprovechó la oportunidad para romper con la tradición y se mudó a la residencia del sultán en el gran serrallo, Topkapi.

Mehmed II había designado el Eski Saray para las mujeres, el Yeni Saray (Topkapi) para los hombres. En las nuevas dependencias ubicadas directamente detrás de la sala del trono, estaba más cerca que nunca de la sede del poder del sultán.

Cuando Solimán quiso construir un nuevo palacio para su esposa y volver al estilo de vida tradicional, Roxelana lo distrajo alentándole en la construcción de la mezquita de Süleymaniye. Así el harén se convirtió gradualmente en parte del gran serrallo, y Roxelana nunca volvió a vivir separada de su marido. La influencia de Hürrem en el palacio creció aún más y se hizo cargo del harén.

 

El “Sultanato de las Mujeres”

El de Roxelana fue un movimiento de poder que contribuyó a la mayor influencia del harén en los asuntos de estado, y se ha considerado que inició lo que a menudo se llama el «Sultanato de las Mujeres«.

Solimán confiaba en ella sus asuntos políticos e incluso en algunos de sus asuntos diplomáticos tanto internos como internacionales. Se convirtió en su consejera y su confidente más cercana. Mientras esta urdía la eliminación de Mustafá, su hijo mayor y heredero al trono, y allanaba el camino para la sucesión definitiva de su propio hijo común, Selim.

Poco a poco, Roxelana se las arregló para alejar a los amigos y familiares cercanos que aconsejaban a Solimán. Protegiendo celosamente la proximidad con su marido, identificó nuevos rivales, en particular, el inseparable amigo de la infancia y compañero del sultán, Ibrahim, que era partidario del príncipe Mustafá. Casado con la hermana del sultán, Hatice Sultana, tuvo un poder considerable como gran visir, hasta que Roxelana comenzó a socavar su posición. Durante una campaña militar, Ibrahim firmó un documento con el título de sultán. Roxelana atacó rápidamente denunciando ante el sultán esta arrogancia, y Solimán ordenó la ejecución de su amigo, quien fue estrangulado mientras dormía en su habitación la noche del 14 de marzo de 1536.

Para neutralizar a Mustafá, se asoció con su yerno, Rüstem Pasha quien a través de las intrigas de Roxelana había ascendido a la poderosa posición de gran visir. Rüstem Pasha se hizo con el sello del príncipe Mustafá y escribió una carta al Sha de Irán, Tahmasb I, presentando la respuesta del rey a Solimán el Magnífico. Era una conspiración, pero consiguió hacer creer a Solimán que su hijo Mustafá actuaba a sus espaldas y que se rebelaría contra él para arrebatarle el trono. Solimán lo mandó ejecutar. Después de la ejecución de Mustafá, Şehzade Cihangir, que no pudo recuperarse del impacto del incidente, enfermó y murió.  Los dos hijos de Haseki Hürrem Sultan, Beyezid y Selim, siguieron siendo candidatos al trono.

Roxelana no era popular entre los otomanos; había roto demasiadas convenciones y muchos la consideraban responsable de la muerte de Mustafá. Algunos consideraron que la influencia de Hürrem era funesta y la acusaron de utilizar no solo hechizos físicos sino mágicos como medio de persuasión. Incluso fue descrita como una bruja.

Los seguidores de Mustafá abiertamente pensaban que su asesinato fue el resultado de «la conspiración de algunas mujeres y el engaño del yerno deshonesto». Ese yerno era Rüstem, el esposo de su hija Mihrimah, lo cual también era una violación de la tradición, que no permitía que los parientes del sultán ocuparan cargos políticos importantes. Solimán lo había permitido porque Mihrimah era su favorita.

 

Su muerte

Roxelana murió en 1558, tras una larga enfermedad. Solimán hizo que la enterraran en su nueva mezquita y ordenó que se construyera otra mezquita con su nombre, junto con una escuela y un hospital (el complejo Haseki en el distrito de Haseki) proyectado por el arquitecto de la corte Mimar Sinan. Muy apenado por la muerte de Roxelana, el Kanuni cambió el nombre de una ciudad en Irán, hoy Hürremabad.
Tras su muerte, dos de los hijos de Roxelana, Selim y Beyazit, lucharon por la sucesión.

Beyazit había sido el favorito de su madre, pero sus intrigas con el sha de Persia le costaron la vida, (el propio Solimán ordenó su asesinato).

Solimán sobrevivió a su esposa solo unos pocos años, hasta 1566, y fue sucedido en el trono por Selim (II), quien demostró ser un gobernante débil que pasó a la historia por su vida disoluta con el sobrenombre de “el borracho”. Para entonces, el poder real del trono estaba en manos de Mihrimah y Aysha quienes continuaron eliniciado Sultanato de las mujeres.