En una ciudad que atesora tantos siglos de historia como Estambul, cada monumento guarda la memoria de un pasado cargado de gloria, destrucción, sangre e intrigas palaciegas, y la Mezquita de los Príncipes o  Sehzade Camii, en Fatith no iba a ser la excepción.

 

La historia

Posiblemente muchos desconozcan cuando la visitan, que esta mezquita alejada de las rutas turísticas habituales se construyó en memoria de dos de los hijos y herederos al trono otomano prematuramente fallecidos del sultán más famoso y temido de todos los tiempos: Solimán el Magnífico.

En el plazo de diez años Solimán perdió a tres de sus hijos, el primero, el príncipe Mehmed, (Mehmed era hijo de Hürrem Sultan) falleció en 1543 parece ser que a causa de la viruela, pero siempre ha habido muchas dudas de si esto fue así realmente, o si la causa fue el envenenamiento, orquestado por su primera esposa Mahidevran Gülbahar  para así asegurar el trono de su propio hijo, el príncipe Mustafá, el cual tenía todos los avales para ser el nuevo gran sultán otomano tras la muerte de Solimán.

El príncipe Mustafá era el hijo mayor de Solimán y el favorito al trono, era un líder nato, ducho en el arte de la guerra, amado por el pueblo y respetado sin fisuras por el ejército, siendo el sucesor natural de Solimán, sin embargo  el giro de los acontecimientos decidió su suerte y selló un destino que pesó siempre sobre la consciencia de Solimán. Puede decirse que murió a manos de su propio padre  pues fue ejecutado en 1553 por órdenes del mismo sultán. Este, aleccionado y envenenado por su esposa legítima Hürrem Sultan y el primer visir Rüstem Pachá acabó cayendo en una red de mentiras tejidas para hacerle creer que su querido hijo conjuraba para robarle el trono.

La muerte de Mustafá, ocurrida diez años después de la de Mehmed fue muy sentida en todo el país. Su cuerpo pudo ser despedido por los habitantes de la capital en la mezquita de Santa Sofía antes de ser enterrado en un gran mausoleo en Bursa. El príncipe Cihangir, (el hijo más joven de Hürrem Sultana y Solimán), que siempre estuvo muy unido a Mustafá, al cual imitaba y veía como un modelo a seguir, falleció pocas semanas después, dicen que por el shock que le produjo la ejecución de Mustafa. Un vecindario de la ciudad y una mezquita llevan su nombre.
Así Hürrem Sultan se vengó de Mahidevran allanando el terreno para que el sucesor de Solimán fuese un hijo de su sangre. Pero perdió a otro de sus hijos en el camino. Y, tras la lucha fratricida entre sus hijos supervivientes, Beyazit y Selim acabaría subiendo al  trono a Selim II, conocido por el vulgo como Selim «el borracho», carente de interés por lo militar y dispuesto a dejar el poder a sus ministros a condición de que le permitieran dedicarse a su vida disoluta.

Solimán nunca creyó en los rumores que circulaban en la corte sobre Hürrem, a la que llamaban ziadi (bruja). Y mucho menos en las acusaciones de traición que lanzó su exiliada primera esposa desde Manisa, pues era de todos conocidos el enfrentamiento de estas dos mujeres, pero siempre tuvo mala conciencia por su decisión y un gran pesar por la muerte de sus hijos, de ahí, dicen, viene la construcción de esta mezquita. En un mausoleo situado en el jardín de la mezquita están enterrados Mehmet y Cihangir, además, de entre otros,  el primer visir Rüstem Pacha que participó de la conjura para asesinar a Mustafá.
No obstante, al investigar para documentar este texto, resulta que esto no fue exactamente así.

La obra de la Mezquita fue, en efecto, encargada al arquitecto Sinán, autor de las mezquitas más bonitas y magnificas de la ciudad incluyendo la propia Mezquita Imperial de Solimán o Süleymaniye Camii. Este siempre dijo de esta primera obra finalizada en 1548  “era la obra de un aprendiz”. Pero fue algo más, de hecho, esta fue en realidad el primer proyecto de mezquita imperial de Solimán, abandonado después en beneficio de la Süleymaniye, y, dedicada a su primer hijo difunto, que ya tenía allí su mausoleo.

En la propia autobiografía de Sinán, este escribió que la primera piedra, la del muro del mihrab, se colocó en junio de 1543, es decir, antes de la muerte del príncipe. A esto hay que añadirle un par de años de trabajos previos para la consolidación de los cimientos. Por lo tanto, esta mezquita que iba a ser la del propio sultán la ordenaría construir tras el regreso de su campaña triunfal que acabó con la anexión de Hungría (la que hasta entonces había asumido el papel de defensora de la cristiandad) en 1541. La muerte de Mehmet ocurrió después, y fue enterrado allí mientras las obras de la mezquita proseguían.  Se dice que el sultán Solimán lloró en persona la muerte de Mehmed durante cuarenta días en su tumba temporal e inmediatamente ordenó construir un mausoleo permanente ricamente decorado junto a la mezquita. Solimán decidió más tarde construir un complejo mucho más grandioso para él y abandonó este proyecto personal que acabaría destinando a sus hijos. Este nuevo proyecto de la Süleymaniye Camii coincide con la firma del tratado de paz con Carlos V en septiembre de 1547. Este tratado reconoce a Carlos V exclusivamente el título de rey de España mientras que su hermano Fernando, archiduque de Austria pasa a ser tributario del sultán por la parte de Hungría que aún quedaba en manos de los Habsburgo.

Solimán, confirmado en su aspiración al título de emperador único, se lanza a una nueva confrontación con Justiniano, desafiándole, porque la Süleymaniye recupera de nuevo la planta de Santa Sofía rivalizando con ella por el tamaño de la cúpula.

La obra

Esta primera obra de Mimar Sinán destaca por tener una simetría absoluta al inscribir en una pirámide regular una cascada de cúpulas y torrecillas. La Mezquita de Sehzade es la primera cúpula importante construida por Sinán, alcanza 37 metros de alto con un radio de 19 metros y está sostenida por cuatro arcos con cuatro medias cúpulas que, a su vez, reposan en otras cúpulas auxiliares. Este diseño nunca antes fue utilizado en la arquitectura islámica y Sinán no volvió a usarlo, por lo que el edificio es una pieza verdaderamente única. Mehmet Aga, uno de los discípulos más famosos de Sinán, lo recuperó para el diseño de la Mezquita Azul. Sin embargo, el interior es bastante austero, hasta algo frío diría yo, con paredes de piedra, una decoración simple y alfombras color vino.

A pesar de su relevancia, la mezquita de Şehzade no se encuentra dentro de las rutas turísticas habituales, por lo que no está masificada de visitantes y se puede acceder a ella con tranquilidad.

Dirección: Kalenderhane Mahallesi, Şehzadebaşı Cd. No:44, 34134 Fatih/İstanbul, Turquía

 


 

Ana Morales

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