La isla de Skye, en el noroeste de Escocia, forma parte del archipiélago de 36 islas conocidas como Islas hébridas interiores. Es esta la segunda isla en extensión, tras la Isla de Lewis y Harris y cuenta con una población de unos diez mil habitantes, con capital en Portree. Sin duda es la que recibe una mayor atención por parte de los visitantes como parte del tour por las Highlands. Síganme si quieren averiguar por qué.

 

El recorrido hasta Skye

400 kilómetros nos separan de Edimburgo. Y puede decirse que hemos pasado en el mismo día casi por las cuatro estaciones del año, lo que nos hace una idea de lo impredecible y compleja que puede ser su meteorología en esta zona y de la necesidad de llevar un poco de todo en la maleta. Por cierto, que también tengo que apuntar que tras la lluvia llega la recompensa en modo de hermosos arco iris. Nunca hemos visto tantos arcos iris como en esta parte del mundo.
También hemos ido viendo distintos tipos de paisajes en nuestro recorrido por las Highlands pero llegar a Skye supone encontrar condensados en un espacio reducido todos esos atractivos de las tierras altas.

Skye esconde encantos prácticamente vírgenes para los amantes de la naturaleza, el senderismo y los paisajes de orografía desafiante. Y es que esta isla, esculpida por la actividad volcánica y por el glaciar del Trotternich, alberga uno de los terrenos montañosos más tortuosos del país, incluyendo a las montañas Cuillin, tanto las negras como las Cuillin rojas, de menor altitud. El punto más elevado de las cordilleras Cuillin, y de la isla de Skye, es Sgurr Alasdair en la Cuillins Negras, al este de Glen Sligachan, con 992 m de altitud, seguido del conocido como el “Pináculo inexpugnable” (de 986 metros) cuya cima está perenemente envuelta por la bruma, lo que la hace casi imposible de escalar por la mínima visibilidad.

En definitiva, espacios naturales espectaculares donde pastan las originales vacas peludas de Escocia ( hairy cows) sin apenas presencia humana más allá de las excursiones que llegan a los puntos más emblemáticos de las islas, y alguna pequeña población, muy a menudo a pie de costa, con todo el sabor y el ritmo de los pueblos pesqueros del norte.

 

 

 

¿Cómo llegar? ¿Dónde hospedarse?

Nos adentramos en la isla atravesando el puente de Skye, el único puente que la une por carretera con el resto de Escocia, y alternativa de entrada-salida al ferry de Armadale.
La primera población que encontramos (y un excelente punto desde el que hospedarse para explorar la isla) es Kyleakin, con una panorámica excepcional del puente y del faro que descansa a su sombra. Es una villa minúscula, muy cuidada y tranquila, con poca actividad desde que se construyó el puente, pero muy agradable, donde los vecinos se encargan del mantenimiento del pueblo y las aceras son de césped natural.

Las ruinas del castillo de Moil aún se alzan protectoras sobre su diminuto muelle pesquero. Dice la leyenda que Saucy Mary, una princesa noruega casada con el jefe MacKinnon, se asomaba desde la fortaleza con los pechos desnudos como reclamo para despistar a los barcos que pasaban por el estrecho buscando refugio en el puerto. De este modo no se percataban de que, tras su paso, una cadena extendida a lo largo del lago les impedía volver a salir si no pagaban el correspondiente peaje. Hoy un restaurante del lugar recuerda su picante leyenda.

La influencia nórdica fue muy fuerte en Skye hasta el siglo XII y el pueblo lleva el nombre de un noruego; “Kyleakin” se traduce como «estrecho del rey Haakan» en honor al rey nórdico que se asentó aquí.

Como alojamiento os puedo recomendar el Isle of Skye Guest House, súper cómodo, recientemente renovado, e ideal para familias. No ofrece el desayuno,

Otro punto interesante desde donde explorar la isla es la hermosa localidad de Plockton. Es un pequeño pueblo pesquero de tan solo 350 habitantes que se asienta a orillas del lago marino Carron. Es un lugar idílico, con gente hospitalaria y amable, de vida sencilla. Aquí os puedo recomendar el The Haven Guest House, de trato familiar y con un buen desayuno. Plockton está en tierra firme, no en la isla, pero reconozco que me encantó, ¡me hubiese quedado allí a vivir!

¿Qué ver en Skye?

Hay mucho que ver y descubrir en Skye pero yo os voy a hablar solo de aquellas que más disfrutamos.

La brumosa Skye parece esculpida a base de cumbres rocosas de basalto, penínsulas remotas, riachuelos, cascadas, acantilados y lagos.

Sus límites vienen marcados por una costa escarpada y perfilada por bahías y altos acantilados, sobre los cuales, en ocasiones, se yergue solitaria y expuesta a los elementos una de esas casitas isleñas. Uno se siente poca cosa cuando contempla este paisaje tan rotundo donde la quietud nos hace perder el sentido del tiempo…y nos invita a contemplar y a fluir con los elementos.

El centro de la isla está dominado por la hermosa cordillera occidental de las Cuillins –de hecho, como mencionaba antes, son dos, las Black Cuillin y las Red Cuillin, separadas por el valle Glen Sligachan–, cuya extensión a lo largo de 77 km nos recuerda que las Highlands tienen la mayor concentración de cumbres del país.

The Old Man of Storr es un llamativo pináculo de piedra al que se puede acceder por una ruta senderista de 290 metros de desnivel. Es posiblemente, uno de los trekking más famosos de la isla de Skye. Cuenta la leyenda que el Viejo de Storr era un gigante que residía en Trotternish Ridge. Cuando lo enterraron después de su muerte, su pulgar, el «Viejo», sobresalió y lo sigue haciendo, parcialmente desde el suelo.

Os aconsejo llegar temprano si vais por vuestros propios medios ya que el parking se llena rápido.                          El sendero comienza en el parking que está al lado de la carretera, ascendiendo hasta esta rara formación rocosa. Llegados a este punto, creedme que merece la pena seguir ascendiendo para contemplar de una manera más amplia y con perspectiva la increíble panorámica. Eso sí, esta continuación del sendero ya no es tan asequible, y puede resultar agotador para aquellos no acostumbrados al senderismo o para personas en baja forma física. La elevación superará los 700 metros de altitud, por lo que esta parte de la ruta solo es recomendable para personas que estén en buena forma física.

Solo puedo decir que las vistas desde arriba merecen la pena el esfuerzo.

 

Kilt Rock

Otro punto muy recomendable es la cascada Lealt Falls (de 90 metros de altura) y las impresionantes Mealt Falls, que se derraman al mar desde el acantilado conocido como Kilt Rock, a una altura de 55 metros. Recibe su nombre de su semejanza con el kilt o falda escocesa. Las columnas verticales de basalto del acantilado forman los pliegues y los cuadros de dolerita forman el patrón. Los colores de las rocas recuerdan al tartán.

 

Neist Point

En el extremo más occidental de la Isla de Skye, en un escarpado acantilado frente al mar, se alza el famoso faro de Neist Point, un lugar único y de postal que nos invita a perder la mirada en la inmensidad del bravío océano. El faro, la única construcción que hay, se alza imponente al final de la península de Durinish, y es un edificio protegido desde 1971. Entró en funcionamiento en 1909 y, quizás no lo sepan, pero muchos de los faros de Escocia los proyectó un ingeniero de la familia Stevenson, una saga de ingenieros de faros que también le dio al mundo al famoso escritor Robert Louis Stevenson.

Posiblemente sus antiguos moradores, aislados del resto de la isla, se sentirían como si habitasen en el fin del mundo, rodeados por la bruma y el océano. Os aconsejo dejarlo como última parada del día, para deleitaros con los tonos de la puesta de sol, y, sobre todo para poder quedar a disfrutar del lugar sin prisas. Os aseguro que no os querréis marchar de allí.

Quiraing es un imprescindible de la Isla de Skye, y de los paisajes más espectaculares de Escocia.                            El escenario perfecto para cualquier fotógrafo y/o amante de la naturaleza y los trekking. Situado en la península de Trotternish, se trata de un terreno basáltico y escarpado, que se formó por un deslizamiento de tierra, creando altos acantilados, mesetas ocultas y pináculos de roca, que dominan la bahía de Staffin.
Las excursiones suelen llevarte a un punto/mirador desde donde se puede disfrutar de las mejores vistas del lugar, pero para adentrarte y conocer la zona, la única forma es a pie. La carretera cruza las montañas, pero no se adentra en ellas. Numerosas rutas de senderismo parten y enlazan con una ruta circular que tiene unos 6 kilómetros y que rodea la isla. Os aconsejo informaros e ir preparados si tenéis en mente realizar alguna de ellas.

Portree es considerada la capital de la isla. No deja de ser un pueblecito donde podréis pasear por su puerto y disfrutar de las pintorescas casas de colores. Si necesitáis aprovisionaros, hay supermercado y un par de calles comerciales donde hay bastante comercio y tiendas con productos locales. Es muy agradable y es punto de referencia en muchas de las rutas de la isla de Skye.

Os aconsejo probar la sopa de pescado típica, nos encantó: la Cullen skink, que encontrareis fácilmente en la zona, es deliciosa y muy reconfortante. Un buen recuerdo culinario de vuestro paseo por las Highlands.